sábado, 28 de octubre de 2006

No siempre gana el mejor

Mañana tendremos la segunda vuelta de las elecciones brasileñas para presidente, y también para gobernador en algunos estados.

Anoche fue el último debate entre Geraldo Alckmin y Lula. Como en todos los demás debates, Alckmin ganó por goleada. Sin embargo, a pesar de mostrar que está mejor preparado que Lula para gobernar el país, las encuestas revelan que el triunfo lulista es un hecho.

Aquí encontramos una semejanza con Venezuela. No sólo hace falta que el candidato esté preparado. El elector también debe estarlo. De nada sirve preparar un programa de gobierno coherente si a la mayoría lo que le importa es tener una beca mensual sin hacer nada más productivo que tener hijos.

Otra semejanza con Venezuela, en mi opinión, es el resentimiento social de muchos votantes. He conversado con muchos electores lulistas que reconocen que este ha sido el gobierno con más escándalos de corrupción en la historia republicana de Brasil. Reconocen también que Lula es ignorante y complaciente con los corruptos de su partido, el PT. Con todo y eso, concluyen que es mejor votar por él porque es "trabajador", porque es "uno de los nuestros". El discurso de Lula, acusando a las "élites", ha calado en el elector de bajos recursos. Hasta Pedro Álvares Cabral ("descubridor" de Brasil) es culpable. La gente de a pie siente que ahora "los ricos" tendrán que calarse a Lula, así sea corrupto e ignorante.

Lula perdió el dedo meñique de su mano izquierda a los 20 años y se jubiló a esa edad por incapacidad. Tiene más de treinta años viviendo de la teta del gobierno. Nunca fue torturado por la dictadura y aún así recibió una compensación de decenas de miles de dólares de la comisión de anistia. Trabajador, entonces, no es el mejor término para definirlo.

Las semejanzas siguen: Usa un lenguaje popular, con metáforas deportivas, para llegarle a las masas. Mientras Chávez usa el béisbol, Lula usa el Fútbol. Se compró un Airbus para viajar por el mundo. Intentó, sin éxito, promover una ley que vigilaría el comportamiento de la prensa. Le cambió el nombre a proyectos y obras de gobiernos anteriores para atribuírselos. Paro por aquí para no hacer largo el post.

La buena noticia, si es que puede llamársele así, es que aquí sabemos la fecha exacta del fin del gobierno del PT. Parece mentira, pero es un "lujo" que no pueden darse los venezolanos.