sábado, 5 de mayo de 2007

Maduro se pierde en Brasil

Nicolás Maduro, ex-chofer de autobús, ex-sindicalista, Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela y mentiroso costumaz, protagonizó una gaffe al pedir una reunión con el canciller brasileño Celso Amorim, llegar atrasado a la misma y mentir a los periodistas acerca del motivo. Mentir para esta gente es algo natural, un requisito indispensable para ser parte de la robolución vomita. En la página del Itamaraty, la reseña del diario Correio Braziliense sobre el mentiroso. Hat tip: VenezuelaReal.org.

Brasilia.- Tras reunirse en Isla Margarita, los presidentes Chávez y Lula dieron muestras públicas de mantener sus buenas relaciones. El brasileño incluso expresó en Chile que Chávez es un excepcional aliado. Pero Chávez parece no está muy convencido de que las cosas sigan igual que antes.

Para despejar dudas Chávez habría ordenado a su canciller Nicolás Maduro Moros que le pidiera una cita a su colega brasileño Celso Amorín. Los diplomáticos de Itamaraty, la cancillería de Brasil, no entendía el propósito de esa reunión. Ya que si Maduro hubiese querido una reunión con Amorin, ésta se hubiera podido realizar en Margarita. A pesar de la apretada agenda de Amorín, su secretaría abrió espacio para complacer a los venezolanos. Acordaron que maduro llegaría el lunes pasado a Brasilia a media mañana. El programa era simple una reunión de trabajo a las 11:30 con los cancilleres y la delegación que acarreaba Maduro. Luego un almuerzo y una rueda de prensa conjunto a media tarde. Maduro, quien llegaría en vuelo especial de PDVSA retornaría a Caracas al final del día.

Eran las once de la mañana del lunes y en Itamaraty corría la confusión. Amorin estaba furioso. El personal de ceremonial reportaba desde el aeropuerto que la torre de control no sabía nada del avión oficial venezolano cuyo plan de vuelo aprobado establecía a Brasilia como destino. Poco después comenzaron a repicar los teléfonos desde São Paulo. Un avión venezolano sin permiso de sobrevuelo había aterrizado en el Aeropuerto Internacional de Guarulhos, que sirve a la capital paulista. La Policía Federal retuvo la nave y exigía explicaciones. Los pilotos alegaban haberse perdido. El avión requería aprovisionamiento de combustible. Maduro habría llamado a Amorín para informarle que el avión había pasado de largo, y que ya seguían hacia Brasilia. Pero la policía sólo autorizó el despegue pasado el mediodía.

Amorin ordenó suspender el almuerzo. También pidió que notificaran a los periodistas que él no asistiría a la rueda de prensa que se realizaría con por lo menos cuatro horas de tardanza. Los periodistas brasileños también fueron informados de la “gafe” (como lo calificó el diario Correio Braziliense), cometida por Maduro quien finalmente llegó a Brasilia pasadas las dos y media de la tarde. Al momento de comparecer ante los periodistas, Maduro fue interrogado sobre las causas de su tardía llegada a la cita. El venezolano creyendo que nadie sabía lo del avión extraviado en los cielos de Brasil, respondió que el retraso se debió a que estaba asistiendo ala Cumbre del Alba en Barquisimeto. “Los periodistas nos miramos unos a otros. Ninguno entendió por qué el canciller venezolano nos había mentido de esa manera”.