lunes, 10 de marzo de 2008

Diario Perfil: La Familia Real

Artículo escrito por Jorge Fontevecchia, retrata el background de Ego Chávez y el resto de la realeza chavista:

(...)el doctor Edmundo Chirinos, ex rector de la Universidad Central de Venezuela, que asistió a Chávez como psiquiatra de oficio cuando en 1992 estuvo en prisión dos años por su frustrado golpe de Estado, y luego lo asesoró durante su segundo divorcio, fue enfático con el diagnóstico del Presidente: “Necesita ser idolatrado, es narcisista”. El perfil psicológico de Chávez arroja que “es impulsivo y temperamental; hipersensible a las críticas, prefiere rodearse de obsecuentes; muy desordenado en el ámbito administrativo, suele ser impuntual. Canta, recita poemas, domina la ironía, es muy aficionado al béisbol y mujeriego. Busca ser respetado y temido a la vez, posee gran astucia pero puede llegar a la temeridad. De pensamiento errático, es impredecible en sus actos; trata pésimo a sus subordinados para demostrar poder frente a ellos y los otros, y no obstante reconoce sus errores, luego vuelve a cometerlos. En la confrontación con Estados Unidos subyace alguna forma de egolatría: desafiar a Bush, por ejemplo, es también una manera de ponerse en el mismo plano. Es demagogo y autoritario”. Como quien ordena un delivery de pizza, dijo Chávez el lunes pasado por TV: “señor ministro de Defensa, mándeme diez batallones a la frontera con Colombia”. Y al día siguiente, declaró: “la confrontación con Estados Unidos es inevitable”(...)

¿Qué casting mejor que éste para una remake de Macondo? Pero todavía queda un protagonista más, en este caso post mórtem Comodoro Py: el bisabuelo del presidente, “Maisanta”, un famoso asesino cuyo fantasma marcó tres generaciones con el sello de una estirpe maldita, como la de los Buendía fundadores de Macondo en Cien años de soledad. En 1895, con sólo 15 años, Maisanta habría matado al coronel Pedro Macías, para preservar la honra de su familia, porque había embarazado a su hermana Petra Pérez Delgado. Su madre habría sido quien lo indujo a la venganza. Tras ese bautismo de fuego no paró y ya adulto era “conocido como el temible ‘general’ Maisanta que asaltaba cuarteles y palacios gubernamentales con sus Centauros… la muerte era su compañera de viaje”. Según cuenta toda la familia, el niño Hugo Chávez escuchaba esas historias en boca de su abuela y siempre pedía más.
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