Veneconomia: Le quiere ver el hueso
Por Veneconomia.
El 27 de mayo, el Gobierno de Chávez sacó del aire a RCTV, después de estar transmitiendo por 53 años. Con esto privó a la tele-audiencia de una de sus televisoras preferidas y eliminó a uno de los pocos medios de comunicación críticos a sus políticas comunistas.
En su búsqueda de una “hegemonía comunicacional socialista”, y como es harto conocido, el Ejecutivo se valió impune y arbitrariamente de artimañas legales y violaciones contractuales. Incluso, confiscó ilegalmente equipos y antenas de RCTV, gracias a una sentencia írrita y apresurada del TSJ.
En un principio, a pesar de tal “logro”, todo parecía indicar que el tiro le había salido por la culata al Gobierno.
Por un lado, la medida golpeó el rostro democrático que enarbolaba el Gobierno ante el mundo y destapó, como ninguna otra, el carácter dictatorial y totalitario del Gobierno de Hugo Chávez.
Igual de importante, la salida de RCTV despertó a la adormecida sociedad civil venezolana y, en especial, activó al movimiento estudiantil, que protagonizó en todo el país por semanas manifestaciones pacíficas, en rechazo a la medida. Además de que se volvieron a oír las voces críticas de ONGs, la iglesia, gremios profesionales, sindicales y empresariales.
Radio Caracas TV, por su parte, forzada por las arbitrariedades del Gobierno, buscó una salida y comenzó a transmitir el 16 julio (a pesar de afrontar nuevas trabas y presiones de las autoridades venezolanas) por señal de suscripción por cable. La difusión de la nueva señal, se transmite a nivel mundial, bajo la figura comercial de RCTV International, la cual es una compañía fundada en Estados Unidos en 1982.
Esta nueva vía permitió que un número limitado de venezolanos (aquéllos con acceso a canales de suscripción) volviera a ver la programación de RCTV.
Para RCTV, ser un canal por suscripción tiene sus bemoles. Por ejemplo, ahora llega a menos de la mitad de la audiencia que tenía cuando salía por señal abierta; y en consecuencia, sus ingresos son menores. Pero, también tiene ventajas. Como todo canal internacional no está obligado a pasar las cadenas presidenciales, ni tampoco a cumplir con la norma de transmitir de forma “gratuita y obligatoria” los mensajes propagandísticos del Gobierno.
Sin embargo, como ya se sabe, Chávez no suelta a sus víctimas hasta que no les ve el hueso.
Ahora, reinterpretando libremente y a discreción, la Ley Mordaza, (o sea, la de responsabilidad social con que acoquina a los medios radioeléctricos venezolanos), pretende obligar a RCTV International a inscribirse como un “servicio de producción nacional audiovisual”, un concepto que no está claramente definido en la ley. Con esto, el Gobierno pretende forzar a RCTV International a cumplir con la “mordaza”, a diferencia de los otros canales internacionales que también transmiten por cable, como Telesur, HBO; Sony, History Chanel, A&E Mundo, Telemundo, Televisión Española y Antena 3.
RCTV International, tiene hasta este 1° de agosto, para doblar la cabeza ante el Gobierno, según el ultimátum de Conatel. De no hacerlo no volverá a transmitir su señal en el país. De doblarla, el Gobierno obtendrá como trofeo los restos de democracia y los pocos derechos de libertad que le quedan a los venezolanos. Con ello, Chávez dará un salto cuántico en su hegemonía del poder.
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